Voy a buscar
una corriente
de sangre caliente,
para ver si así logro
alzar el vuelo al fin.
Liberarme de este
respirador artificial,
que por llamarme vivo
me insufla un aire
sabor a herida sin curar.
Voy a revelar
los negativos
de los besos
que nunca di,
de los trenes
que no cogí
por el miedo
a descarrilar.
Limpiarme los lamparones
del alma,
desengancharme de las armas
de doble filo,
entrar con sigilo
en mi propio santuario
por ver si quemándolo
consigo al fin comulgar.
Poco importa el vaso
cuando tienes tanta sed.
Cuando tienes la garganta
seca de ideas
por no tener
con qué hacerlas caer.
Cuando tienes un nudo
en el pecho
y todo el techo
es un desliz.
Cuando lo que dentro habita
se marchita
por no encontrar
dónde dormir.
Voy a agarrarme
a un clavo ardiendo
mientras me repito
es una mano amiga, es una mano amiga, es una mano amiga...
Voy a seguir avanzando,
voy a seguir subiendo,
voy a seguir bajando,
mientras me repito
no tengo heridas, no tengo heridas, no tengo heridas...
Aparto el sueño
como quien aparta una herida
de mal gusto.
Huyo del hastío
como quien busca un refugio
donde huir del frío.
El problema es
que es de mi de quien huyo,
que es a mi a quien aparto,
que soy yo mi propia herida
y que tengo
la mala costumbre
de que cada vez que me doy la mano,
me cojo el brazo,
me cojo el hombro,
me cojo el tronco,
me agarro a mi mismo
y súbitamente
me doy cuenta
de que estoy
solo.
Entonces,
busco un clavo ardiendo
al que agarrarme
y me repito....
...y me repito.
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