sábado, 19 de mayo de 2012
Lagunas.
Ambigüedad, escaleras sin pasamanos, otra idea que se queda huérfana de realidad y otro pensamiento con frío en las orejas. Irónico como una puerta de cristal, triste como una pared que quería ser ventana. La almohada quiere compañía las horas que restan entre sueño y sueño; sueño con almohadas que despiertan. Claxon de un coche, sombras del sol, un charco escondido bajo una baldosa y el periódico de ayer que echa de menos al de mañana. Ya no queda agua en las fuentes y la cama sin hacer no otorga consuelo. No quedan bombillas, no quedan deberes, no quedan sentencias. ¿Punto final? Sonrisas y café. Solo un poco más mamá, a las primeras horas nunca hay amor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario