La ambrosía de los dioses ha perdido su sabor. El cielo ya no ilumina a nadie, y no hay más camino a seguir que los senderos de antaño ya abandonados, retomados ahora bajo el sobrenombre de recuerdos, pero con el mal sabor que tiene aquello que lleva mucho tiempo guardado, a menudo ya podrido. Al Sol sólo le queda luz para la Luna, como el viejo moribundo al que sólo le quedan fuerzas para sus nietos, viva imagen de su juventud...y vivo reflejo de su muerte. Testigos involuntarios del declive de lo imperecedero, no hay más juventud que la que nos brindan las arrugas el el alma...y no hay más.
¿La conclusión? No siempre tiene por qué haber. Yo aún no he encontrado la mía, pero quien quiera es libre de buscar.
Bestial, es genial Javi!
ResponderEliminarMuchas gracias :)
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